Description

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El objeto de este libro es profundizar en los hechos m's relevantes de la radiolog a y la radioterapia durante el periodo denominado de "entreguerras" y hacerlo colocando en un lugar destacad simo a los personajes que con sus investigaciones, fundamentalmente en el campo de la f sica, los hicieron posibles. El desarrollo que alcanz la ciencia f sica durante el "periodo de entreguerras" fue sencillamente espectacular. Adem's de las discusiones respecto a las "Teor as de la Relatividad" enunciadas por Einstein, la mec nica cu ntica y el n cleo at mico se situaron en el centro de todas las investigaciones. La fisi n nuclear y el descubrimiento de la radiactividad artificial fueron dos de los grandes logros, fruto de las mismas. A ambos nos referiremos a lo largo del libro. Al primero, la fisi n nuclear, porque las investigaciones que siguieron a su descubrimiento culminaron en uno de los hechos m's luctuosos que, hasta la fecha, ha sufrido la humanidad: la fabricaci n y lanzamiento de dos bombas at micas. Al segundo, la radiactividad artificial, porque no's lo condicion el futuro de la radioterapia sino que, a os despu's, tendr a mucho que ver en el nacimiento de una nueva disciplina m dica: la medicina nuclear. Ser n muchos los cient ficos -f sicos en su mayor a, pero tambi n qu micos o matem ticos- que pasen por estas p ginas. La mayor parte de ellos, al margen de otras distinciones, fueron reconocidos en su momento con el Premio Nobel de F sica o Qu mica. Y la mayor parte de ellos, en alg n momento de su carrera, investigaron o realizaron alguna "inmersi n" en el mundo de los rayos X. Muchos de estos hombres de ciencia participaron, al comienzo de los a os 40, en el "Proyecto Manhattan". Se trataba de la investigaci n que pretend a, y consigui , desarrollar una bomba at mica a partir de fisiones nucleares en cadena controladas. Dedicaremos un cap tulo a narrar la participaci n de todos ellos en este proyecto. ...Siempre me llam la atenci n, al estudiar el nacimiento y desarrollo de la radiolog a, y en general el de la f sica a lo largo de la primera mitad del siglo XX, el comportamiento tan diferente que exist a en Europa y EEUU. Mientras que en Europa podr amos hablar de "investigaci n pura" o investigaci n acad mica, organizada en torno al Cavendish Laboratory de Cambridge, al Institut Curie de Paris, al Instituto para la investigaci n sobre el radio de Viena o al Kaiser Wilhelm Institut de Berl n, en EEUU la investigaci n ten a un "sentido m's pr ctico". Cierto es que desarrollar una idea, tras haber registrado la correspondiente patente, requiere financiaci n y, en el periodo al que nos estamos refiriendo, resultaba mucho m's f cil encontrarla en un pa's que no hab a sufrido, en la misma medida que los pa ses europeos, las consecuencias que conllev la Gran Guerra. Si en alg n pa's, "sobraba" el dinero, era en Estados Unidos. La reflexi n anterior, que habr quien no comparta, me llev a "buscar" a alg n personaje que se hubiera significado en este periodo por sus aportaciones pr cticas o, dicho de otra manera, por sus inventos. Y enseguida me vino a la cabeza la figura de Nikola Tesla. Si, ya's que la mayor parte de sus grandes aportaciones se realizaron con anterioridad al periodo del que queremos hablar y que, incluso, esos a os fue-ron los menos prol ficos de su carrera. Pero si eso aconteci as , se debi fundamentalmente a falta de financiaci n y no a ausencia de ideas.Un anexo, al final del libro, intentar describir la compleja personalidad de este serbio-norteamericano as como realizar un peque o recorrido por los aspectos m's fascinantes de su biograf a. Creo que la persona que da su nombre a la unidad de inducci n magn tica, en el Sistema Internacional de Unidades, se merece, cuando menos, este modesto reconocimiento por parte de quien, como el que escribe, ha dedicado unos cu ntos a os de su trabajo a l.